Para los arqueólogos Manabí es una zona privilegiada. En esta provincia se han efectuado importantes descubrimientos arqueológicos que han determinado la existencia de muy antiguas culturas. Las más antiguas son las del llamado Período Formativo (4.000 a.C), Valdivia, Machalilla, Chorrera. Las del período del desarrollo regional son Bahía y Guangala; del período de integración: Chirije y Manteña.
La cultura Manteña
La cultura Manteña-Huancavilca está en el período de Integración 9500 a 1.500 años d.C.) lo que significa que fue la última cultura precolombina en esta región y la que sufrió el impacto de la llegada de los conquistadores. Esta cultura se habría asentado en un vasto territorio que incluía al de los huancavilcas que Emilio estrada consideró Manteños del sur. Abarcaría entonces la faja costanera de El Oro y todo el litoral marítimo de la provincia de Manabí y del sur de Esmeraldas. Parece que esta cultura se fusionó con la cultura Milagro-Quevedo. Los arqueólogos Emilio Estrada y Francisco Huerta Rendón consideran que los Huncavilcas son parte de la cultura o confederación manteña cuya existencia ya conjeturó Jacinto Jijón cuando habló de la “confederación de los mercaderes” que fueron intrépidos navegantes a lo largo de las costas del perú y Ecuador. Nadie discute hoy el hecho de que la cultura Manteña-Huancavilca fue de agricultores, navegantes y pescadores.
La agricultura intensiva, excedentes de alimentos, provocó el comercio e incentivó los viajes marinos estructurando una sociedad estratificada. La cultura Jocay Se sabe que la actual ciudad de Manta se construyó sobre los restos de una población manteña huancavilca llamada JOCAY (JO=Pez; CAY=casa) o sea la casa de los peces. “Pedro Pizarro -hermano de Francisco- describe a Jocay como una ciudad grande en la que se llegaba al templo por una gran avenida a cuyos lados se levantaban estatuas de 2,50 mts. de altura construidas en piedra, que representaba a sus jefes y sacerdotes desnudos de cuerpo, razón por la cual un sacerdote español las mandó a destruir” (“La confederación Manteña”, Viliufo Cedeño). Jocay sería un centro administrativo, comercial, artesanal y sede de un culto religioso. La conquista española En 1526 Bartolomé Ruiz, Francisco Pizarro y sus compañeros fueron los primeros españoles que desde Panamá llegaron al sitio que se llama Cojimíes. A partir de ese año, son frecuentes las llegadas de los conquistadores a las costas de Manabí. Pizarro vuelve en 1527 y 1531; Pedro de Alvarado en 1534 y Francisco Pacheco en 1535. La expedición de Pedro de Alvarado fue de crimen y de rapiña. Apenas puso el conquistador los pies en tierra comenzó a saquear y desbastar las poblaciones, a pesar de que los aborígenes lo recibieron en son de paz. Cayó sorpresivamente en la población de Jocay, tomó prisionero al cacique Lligua Tohallí a quien posteriormente ahorca y arrebata jarrones llenos de oro, plata y esmeraldas. Alvarado tuvo conocimiento de las grandes riquezas que había en el Reino de Quito, y permaneció cuatro meses en Manabí dejándola asolada por los desmanes de los conquistadores. Fundación de Portoviejo En virtud de una orden de Francisco Pizarro, Diego de Almagro ordenó al capitán Francisco Pacheco que fundara una ciudad en la región de los mantas. Con esta finalidad, Pacheco salió de la ciudad de Piura en 1935 y desembarcó en Picoazá que era una población aborigen situada en la desembocadura del río Portoviejo. Desde éste sitio avanzó dos leguas tierra adentro para fundar la población a nombre del emperador Carlos V de Alemania y I de España, con el nombre de Villa Nueva de San Gregorio de Portoviejo, en honra del Pontífice de la Iglesia cuya fiesta se celebra en ese día: 12 de marzo de 1535. En 1535 Portoviejo era una de las siete Tenencias del Corregimiento de Guayaquil y se componía de seis parroquias: Montecristi, Charapotó, Picoazá, Jipijapa, Pichota y Manta. Montecristi y Alfaro La ciudad de Montecristi se extiende a las faldas del cerro de su propio nombre y se encuentra a cien metros, sobre el nivel del mar. Fue fundada en 1741 y en junio de 1824 fue elevada a la categoría de cabecera cantonal. En un tiempo Montecristi fue también capital de la provincia. En esta población, el 25 de junio de 1842 nació Eloy Alfaro, el caudillo que inició y consolidó la revolución liberal del Ecuador después de muchas batallas y derrotas.
En Montecristi puede visitarse la casa de Alfaro y en el pueblo cercano de Jaramijó, en el sitio denominado Balsamaragua, pueden verse los restos del barco Alajuela en donde estuvo Alfaro en la batalla naval del 6 de diciembre de 1884. Para no caer en manos del enemigo Alfaro incendió su barco y se lanzó al mar. A más de su importancia histórica, Montecristi es el emporio de la artesanía manabita de la paja toquilla, el mimbre y el bejuco. La tradición del hombre de Montecristi no ha variado y en la región se conserva una histórica vocación artesanal.
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